Cuando era una adolescente y veía las películas
subtituladas, sentía que no hacía falta saber inglés, francés o mandarín, para
que me gustara el filme. Para eso estaban subtituladas ¿no?
Pasó el tiempo. Dejé de ser adolescente. Y conversando
un día con mi amiga Aracelys Sarmiento sobre nuevos libros que tenía para leer,
ella me dijo: “Uno de mis sueños es leer
Los Miserables, en francés”. Y comenzó a explicarme que nunca es lo mismo
leer un libro en su idioma original, que traducido. Es lo mismo que ver una
película que se ha realizado a partir de un libro. Lo que puede decirse a
través de las letras, nunca se dirá del mismo modo en el lenguaje audiovisual.
Esa conversación me hizo darme cuenta de muchas cosas,
que con el tiempo he podido comprobar. Por ejemplo comprendí que hay
traducciones muy malas y otras muy buenas. El texto de las películas
subtituladas, muchas veces ni se acerca a lo que se dice en la conversación
original, y lo mismo ocurre con los libros traducidos de un idioma a otro.
A veces pienso que la traducción es algo muy
personal, porque tiene mucho que ver con la interpretación de cada traductor, con
sus lecturas y su modo de entender o plantearse determinados asuntos.
Lo cierto es que, con el paso del tiempo, y cuando
no lo esperaba, pasé, de vivir en un país de América Latina, que tiene al
español como idioma oficial, a un país europeo: Italia.
Han pasado ya algunos años de esta transición en mi
vida. Y cada vez que leo un libro de algún autor italiano, me acuerdo de
Aracelys, que ya no está en este mundo, pero a la que recuerdo siempre con
mucho cariño.
Leer a un autor en su idioma original es una de las
experiencias más lindas que puede vivir un lector. Incluso me he dado cuenta
que un chiste puede funcionar en un idioma y en otro no. Una frase puede ser
fuerte, ofensiva, o dulce y bella, en italiano, y no serlo en español y
viceversa.
Es por eso que afirmo que aprender un idioma puede
cambiarnos la vida. Porque nos acerca a esa realidad, sin rodeos o
imaginaciones. Una vez que ya conoces el significado de una palabra en ese idioma, el que sea, eres capaz
de entender exactamente de qué está hablando el autor y se crea una relación
más estrecha con él y con el entorno.
Hay estudios que aseguran que aprender otro idioma
tiene muchos beneficios para la salud, como por ejemplo: ganar autoconfianza,
mejorar el funcionamiento del cerebro y ayuda a ejercitar la memoria, se toman
mejores decisiones; se potencia la atención y se afina el oído.
Además, viajar al lugar donde se habla ese idioma se
convierte en algo mucho más familiar, cercano, cómodo. Hace que te sientas más
relacionado con ese ambiente y tu cultura se expande.
Lo mejor de todo cuando aprendes otro idioma es que
eres tú el que se lleva todos los beneficios, además lo aprendes una vez y es
para toda la vida. Claro, te debes ocupar de mejorarlo cada día más con
práctica y perseverancia.
Es por esto que te invito a dar el primer paso y
aprender un nuevo idioma. Verás que tu disciplina se perfecciona, y tu fuerza
de voluntad se volverá más sólida. ¡Todas son ventajas!
Si ya has decido que quieres aprender un nuevo
idioma y ese idioma es español, entonces te invito a que lo hagas conmigo. Para
eso visita mi sitio 27letraselmundoenespanol.com y elige el paquete de clases
que más te guste. Será un placer conocerte.
No olvides dejar tus comentarios sobre este post.
Leysa
Martínez Ortiz
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