EL BIENESTAR
COLECTIVO
9: 37 am
El primer periódico que leo dice:
Encontrado el cádaver de una joven de 16 años en un lugar abandonado
de Roma. Los datos de la autopsia revelan que la muchacha antes de ser
asesinada había sido drogada y luego violada por varias personas.
9:58 am
En otra página del mismo periódico:
“Un hombre de 51 años ha sido
apuñalado en la espalda por dos agresores de 36 y 41 años respectivamente”.
8:51 pm
El noticiario del canal 4 informa:
Un joven de 18 años
ha sido detenido hoy por haber colaborado con otras dos personas en el
homicidio de Manuel Sánchez. Según la investigación el joven había ocultado el
cadáver de Manuel en una finca de un pueblo cercano al lugar del asesinato.
8:53 pm
Lo que pienso yo:
¿Se detendrían un momento
a pensar los que violaron, drogaron y asesinaron a la chica de 16 años en el
sufrimiento que causarían a la familia de esta? ¿Cuánto puede haber sufrido la
esposa o los hijos del hombre de 51 años al que apuñalaron, o los parientes de
Manuel Sánchez cuyo cuerpo permaneció escondido, sin vida, en un lugar lejano?
Cuando se habla de
Bienestar Colectivo, la mayoría de los escritos o discursos se enfocan en los líderes
del Estado y sus decisiones correctas o incorrectas en la gestión de gobierno.
La mayoría de los
escritos que he consultado se refieren a la necesidad de que los gobiernos
garanticen a sus ciudadanos empleos decentes, estado de derecho confiable, seguridad
social y servicos públicos de calidad como transporte, agua potable,
alimentación, energía eléctrica, educación, viviendas, entre otros. Con todo
eso estoy completamente de acuerdo.
Sin embargo el
término Bienestar Colectivo es aplicable a una institución que tiene un peso
decisivo en cualquier sociedad: La Familia. Dentro de esta estructura existen conceptos
como parentesco y convivencia que vale la pena detenerse
a analizar cuando es el bienestar colectivo el tema que nos ocupa.
PARENTESCO:
El parentesco
establece un vínculo biológico, social, cultural y jurídico entre personas y
entre esas personas se desarrollarán valores encaminados a que cada una de las
personas de ese núcleo pueda desarrollarse como ser independiente y autónomo.
Por lo general los valores que la parentela inculcará son los que socialmente
se consideran correctos o “buenos” como por ejemplo: el humanismo, la
solidaridad, la justicia.
Un padre le enseña
a sus hijos que deben estudiar y le demuestra desde que son pequeños la
importancia del trabajo y del conocimiento. Cada hijo lo aprehende desde su
individulidad, a la vez que se desarrolla en ellos una capacidad para
reaccionar ante esa información que le da el padre. Es decir, el padre provoca
en ellos un estímulo y los hijos reaccionan ante el mismo. Se desarrolla así la
afectividad.
Digamos que la
afectividad tiene muchas caras pero todas son buenas porque están muy
vinculadas con el amor y los sentimientos de bienestar: alegría, comodidad,
seguridad. La afectividad es recíproca, interactiva. No es común que la
afectividad se mezcle con la indiferencia.
Si un individuo
crece en la afectividad a su vez es capaz de desarrollarla y ofrecer a los
otros sentimientos recíprocos. Esto posibilita La Convivencia.
CONVIVENCIA:
Para desarrollar el
bienestar colectivo en una familia hay que saber convivir. Por lo general no es
fácil asimilar o aceptar a los demás con sus defectos y costumbres y no siempre
somos tolerantes como para respetar las decisiones o comportamientos de los
otros. Sin embargo el ser humano no sabe ni puede vivir solo, así que debe
practicar la convivencia.
A nivel familiar
convivir con nuestros padres, esposo o esposa, hijos u otros parientes es
bastante difícil. ¿Cómo podrá ser entonces compartir nuestro espacio o
territorio con personas de otras culturas?
Todo esto nos lleva
a afirmar que la Convivencia es uno de los aspectos que más hay que fortalecer
en una nación o pueblo para generar bienestar colectivo.
Imaginemos que
vivimos en Italia, en Roma, y cada día damos un paseo por el centro de la
ciudad y nos detenemos a almorzar en un restaurante de lujo. La comida tiene un
excelente sabor, es servida en excelente vajilla, y el vino es único. Por
alguna circunstancia tenemos que viajar a África, y convivir en una etnia donde
las casas son de tierra, hay una olla común para cocinar la comida, el agua se
bebe en jarros viejos de aluminio y se come sentado en el suelo, rodeado de
moscas que constantemente se posan en la comida.
¿Cómo gestionamos esto a nivel
mental? La situación nos provoca malestar por el simple hecho de no estar
acostumbrados. Así la convivencia no es factible.
Lo mismo sucede en
cualquier lugar y en cualquier circunstancia. La situación es personal no
estatal.
Muchos afirman que
el bienestar común no se construye fomentando el individualismo. Sin embargo
consideramos que si los que tienen como misión dirigir un estado no han creado
valores individuales en su núcleo familiar, dígase amor al prójimo, respeto por
las leyes sociales, o simplemente no saben convivir, será muy difícil lograr un
estado de seguridad y tranquilidad. Creo que se puede ser individualista sin
tener que ser sociopático.
Es por eso que
defendemos que para lograr esa tranquilidad hay que ser un poco
individualistas. El individualismo es visto como una mal hábito y lo es si la
persona efectivamente piensa en sí mismo y se opone a cualquier influencia por
parte del resto de los que lo rodean. Pero no podemos negar que el
individualismo nos acompaña desde que nacemos. Al ser una ideología puede resultar
útil en la sociedad, si desde La Familia se maneja este concepto como proveedor
de independencia y autonomía.
Cuando el ser
humano, individualmente se siente satisfecho consigo mismo por ser autónomo
tanto física como espiritualmente, está más preparado para convivir con una
mayoría.
En la Historia de
la Familia, se explica que esta como cualquier institución social se debe
adptar a su contexto y se especifican muy bien tres fines esenciales:
1.
Dotar
a sus miembros de los bienes necesarios, tanto corporales como espirituales
para llevar una vida cotidiana ordenada.
2.
La
incorporación de los hijos al seno familiar.
3.
Ser
la célula de la sociedad, por lo que el rango de la familia está por encima del
propio Estado.
Teniendo esto en
cuenta podemos afirmar que los dirigentes del Estado pasan a un segundo plano
en cuanto a la responsabilidad de garantizar dicho bienestar ya que el llamado
Bienestar Común no puede ser solo un sinónimo de Necesidades Básicas Resueltas.
Aceptar esto será el primer paso para la comodidad de un grupo o población.
No olvides dejar
tus comentarios sobre este post.
Encuéntrame en Facebook Leysa
Martínez Ortiz